lunes, 18 de enero de 2010

Madrid siempre gana


Apareciste caminando hacia aquella terraza el día de San José con cara de cansado después de haber estado trabajando toda la mañana. Yo cargaba con mi maleta, solo iba a quedarme unos días, lo justo para pasar la semana Santa y llegar el sábado directa a trabajar. Mi idea era tomarme algo contigo y después recorrerme todos los museos y rincones de Madrid tranquilamente. Nos despedimos y volviste al trabajo. Yo me marché al Thyessen, me perdí por sus pasillos, y me rescataste temprano porque conseguiste escaparte unas horas antes del curro, cosa rara en ti. Paseamos por las calles del centro, nos perdimos un par de veces, yo quería llegar a Chueca a enseñarte el Acuarela, e invitarte a un te, y tu aguantaste el tipo como un campeón a pesar de tu dolor de rodilla. Tomamós té, café, te enseñé mis cortos en el ordenador y después cogimos el metro, tu rumbo a tu casa y yo a mi residencia por esos días. Nos rozamos las manos dos paradas antes de que tu te bajaras, fuiste a darme dos besos y yo quería que me besaras... falta de comunicación. Al día siguiente ya no podía estar sin ti, conseguí llegar al centro lo antes que pude huir de mis compromisos, paseamos por el Palacio Real, y en un banco junto a la estatua del rey Pelayo, que no me gustaba nada por cierto, te pregunté que cuando ibas a besarme de una vez... igual no empezamos con buen pie, pero mejoramos los besos por todos los portales y farolas de Madrid, y nos pegamos un buen achuchón bajo la luna con halo en el parque del templo de Nebod. Volvimos a despedirnos... y al dia siguiente dormimos juntos sobre un colchón en el suelo... tenía que volver a casa.
Pero viniste a verme al fin de semana siguiente... me llenaste la vida de felicidad y de cariño. No teníamos claro que estaba pasando ninguno de los dos pero... nos dejábamos llevar. Un fin de semana condujo a otro, y yo solo quería estar contigo. Me llenabas las baterias dos días pero después pasaba demasiado tiempo sin verte. La cosa no iba bien. Volvía de Alicante y paré a verte... otra vez Madrid, otra vez juntos, otra vez no quería volver a separarme de ti. Volvieron los viajes, y ya decidimos etiquetar lo nuestro. Seguíamos adelante, no sabíamos como iba a terminar todo pero ahí estabamos, aunque yo no podía evitar pensar siempre demasiado en el futuro.
Venías a verme y tu querías visitar Bilbao, y yo no quería que salieses de debajo de mi nórdico hasta dejarte como el Doctor House. Pasabamos las tardes charlando, e hicimos que ir al Krunch a comer patatas con pique se convirtiese en un ritual antes de que cogieras tu tren de domingo con destino de nuevo a Atocha.
Empecé a odiar los domingos, empecé a odiar la renfe, Madrid, Cádiz, y los puñeteros 403 kilómetros que nos separaban según mi gps. Pero nos separaban muchas más cosas.
Juro que luché, lo intenté, pero no podía más... tiraba de ti, y tu no veías lo que ocurría. Me sentía la última en la escala de prioridades, Madrid me estaba ganando la partida... tu trabajo siempre me ganaba la batalla... tu casa siempre me vencía...
¿Como seguir con algo sabiendo que por mucho empeño que le pongas va a terminar? Pensé que no quería seguir con los viajes, no quería esperar más trenes en la puerta de Abando, o pelearme contigo por que fin de semana podías venir. No podía planear nada sin que se truncara. Juro que lo intenté... pero poner solo una persona de su parte.... o por lo menos es la sensación que me daba.
Madrid me ganaba la guerra... y tu te rendías sin luchar.

3 comentarios:

Palomi dijo...

He recorrido cada sitio de Madrid con los mismos sentimientos...te doy un 10 prima.
Pero tengo que hacer unas correciones ortográficas, el templo se llama Templo de Debod (no recuerdo si vi la luna desde allí, las estrellas si..) Y el museo se llama Thyssen, del cual solo conozco el restaurante que está en el ático.

Palomi dijo...

Y otra cosa, a mi también me ha ganado Madrid, también perdí la batalla, y eso que yo vivo aquí. Así es Madrid, alegre a veces, otras gris (Medina Azahara).

mafadita dijo...

Presiento que tu vida vuelve a un punto pasado, o es simplemente una canción a los recuerdos?? De cualquier modo... entiendo lo que dices... son tantas batallas que se cuentan por las calles de esta gran ciudad, y tantos soldados que las han vivido... pero yo me dejo llevar por los recuerdos de las victorias, de los momentos dulces y de los grandes momentos pasados, presentes y futuros que me ha regalado esta urbe para tener siempre presente que, en una guerra, no solo cuentan los heridos... sino tambien los que sobreviven para dar sentido a esta lucha constante que es la vida.