lunes, 31 de agosto de 2009

Historia de un buen día


Y se levantó aquella mañana de otra manera. Miró por la ventana y vió que llovía a cantaros que había llegado el invierno, y que no había un rayo de sol, pero a ella le daba todo igual. Se metió en la ducha, y después del primer chorro de agua congelada porque su compañera de piso misteriosamente se puso a fregar su taza del desayuno en el mismo momento en que ella se aclaraba el pelo, no pegó ningún grito. Se enfundó unos vaqueros dos tallas mas pequeñas, le salian las lorzas por los lados, por daba igual!!! Todo era optimismo aquella horrible y odiosa mañana. Se miró al espejo y observó un grano enorme con vida propia al que solamente le faltaba hablar sobre su frente, un problema mínimo para una mujer que acababa de empezar el día de una manera diferente. Todo le sonreía cuando se pasó dos horas en la caravana de camino al trabajo. No insultó a ningun conductor, ni se acordó de todos los familiares de aquella vieja petarda que cruzaba la calle sin mirar. Todo era alegría aquella mañana gloriosa. Y llegó el momento esperado, alli estaba el, todo glamour, feo como un pie feo, (porque hay que reconocer que hay personas que tiene la suerte de tener pies bonitos, no es el caso) con esa cara de aborto de la naturaleza inexpresiva. Ella se preguntó, ¿y que demonios habré visto yo en este enjendro? pero ya todas esas preguntas daban igual, ella había decidido empezar una nueva vida aquella mañana, y nada iba a poder impedir tener ese minuto de gloria. Se acercó a ella, y murmuró su típico "hola" mañanero estúpido. Era el momento, podría haberle lanzado la taza de café a la cabeza, estampanarlo contra una mesa, o destriparle con la grapadora, pero no esa no iba a ser su respuesta. Se llenó de valor, tornó la cabeza, y se fue ignorándolo al fina del pasillo. La venganza es un plato que se sirve frío queridas amigas, y a la frase más utilizada por la diosa vasca de "no entiendo nada", yo le agrego el final refranero de mi primo el Canario, "patada en los cojones". No se porque, pero siempre suena bien al terminar un refrán. :D

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